Financiación de mafias

Hace unos días anunciaron que la ciudad que se llevaría las olimpíadas de 2016 sería San Sebastián de Río de Enero, una ciudad que sorprende, en primera instancia por haber sido incluso nominada y enfrentada a tres ciudades como Madrid, Tokio y Chicago. Curiosamente, lejos de tener una sólida baza como la que Tokio, con su disciplina, orden y su propuesta "verde"; la que Madrid, con su seguridad y participación ciudadana colectiva, y la de Chicago, con su "efecto Obama" (aquí es donde también os reís como yo), San Sebastián de Río de Enero ha puesto su plan de dar pena por as en este juego a cuatro bandas y, más curiosamente todavía, su "es que en el sur de América aún no se han celebrado nunca". ¡Qué cosas tiene la vida! Es que de las 26 veces que se han celebrado (sin contar los "juegos intercalados" en Atenas en 1906), no se puede contentar a todo el mundo, y menos cuando los Estados Unidos se llevan 4 (seguramente todos conocemos por qué), Londres, esa ciudad de bastardos, va a cumplir su tercera vez y París, lo que debe ser el principal objetivo de toda bomba pensada para actuar, ya lo ha tenido dos veces también. Me resulta lamentable que se esgrima un argumento que cualquier ciduad entre Berlín y Moscú, o Moscú y Pequín, o Pequín y Sidney, o cualquiera que esté por encima de los Estados Unidos, o incluso cualquiera que flote en el Atlántico pueda esgrimir. Es más, ¡a ver cuándo se deciden a darle unas olimpíadas a ÁFRICA, que nunca ha tenido ninguna! Aprovecharíamos así para impulsar su economía, que al fin y al cabo a Europa y América no les cuesta nada montar dos polideportivos mal puestos allí (y recuerdo que hay vida más allá de Egipto). Pero mucha más pena me da que le den apoyo y razón a Brasil por decirlo.

Pero, bueno, teniendo en cuenta que una ciudad tan miserable ha podido colarse en la final, me parece casi hasta normal que le dieran la victoria. Al fin y al cabo, cuando en "Lluvia de estrellas" aparecía una cría de tres años cantando gitanadas, ya podía María Callas salir a romperse con un aria de "La flauta mágica", que la niña seguiría siendo mejor. En cierto modo, se puede decir que en estas cosas los jurados parecen ser igual de subnormales que, bueno, muchos de los jurados que hay en el mundo.

En fin, supongo que podría estar contento porque durante un verano podré ver por televisión las maravillas de ese pueblo Sudamericano, con sus bosques, playas, calles, paseos, edificios, glorias, reliquias y demás magnificencias de postal. Esconderán detrás de todo eso la miseria, la inmensa pobreza, la corrupción y la mugre que siempre han caracterizado ciudades como ésa. Esconderán las millares de chozas donde la gente se muere de hambre detrás de la lujosa bolsa de la ciudad, y esconderán detrás de las morenas macizas a los escuálidos pedigüeños que no tienen qué llevarse a la boca. De todos modos, no nos podemos quejar porque las mafias, que serán las que al final se llevarán todo o casi todo el dinero que acabe entrando, alejarán todo lo ganado para que luego los peces gordos lo vuelvan a gastar en el primer mundo. En ese sentido, no perderemos nada. Aunque igual sí perdemos cuando la mitad de los atletas acaben secuestrados, desaparecidos o asesinados. Con un poco de suerte, a pesar de que se acabe gastando más dinero en seguridad que en todo lo demás en suma, termina habiendo una crisis en eso de la defensa y la protección y así aprendemos todos a no meter algo como unas olimpíadas en un recodo en la cloaca del mundo.

Al final, a lo mejor todos aprendemos algo y nunca más hacemos el gilipollas intentando sacar de dodne no hay y dejamos así de pedir peras al olmo, aunque conociendo lo imbécil de algunos jurados y de prácticamente toda la humanidad, seguro que seguimos haciendo el imbécil hasta el fin de nuestros días.