Cuando Nintendo presentó la 3DS en el E3 de 2010, no pocos fuimos los sorprendidos al ver la lista de nombres clave en este sector que aparecerían para la consola, por parte de las compañías third party. Semejante desfile de pesos pesados (Final Fantasy, Kingdom Hearts, Tekken, Metal Gear, Street Fighter...) auguraban un catálogo muy prometedor para los denominados hardcore, para los jugadores tradicionales que veían como la portátil tridimensional no sólo se nutriría de títulos realizados por Nintendo, sino que traería casi todas las propuestas deseables hoy en día en el panorama de los videojuegos.
La realidad fue que, desde el lanzamiento de la consola, el único de esos nombres que se había dignado a aparecer era Street Fighter IV, acompañado unos meses más tarde de Resident Evil Mercenaries, un experimento con gaseosa que no funcionó todo lo bien que cabía esperar. Mientras tanto, Nintendo era, de nuevo, la que proponía las mejores opciones, ya fuera con remakes como Ocarina of Time y Starfox 64 o con nuevas entregas de las licencias más potentes como Super Mario o Mario Kart. Sin embargo, el adalid de 3DS para este principio de año ha sido el esperado Resident Evil Revelations (en adelante, RE Revelations o simplemente Revelations), en lo que supone una nueva cascada de lanzamientos importantes para el presente año, una demostración de que las third parties se toman en serio a esta portátil y de que, poco a poco, su catálogo (tan criticado por tantos, entre los cuales me incluyo, en sus primeros meses de vida) coge una posición más que interesante.
¿Dónde se sitúa RE Revelations?
Una pregunta vital para los fans de la saga y de recibo para comenzar cualquier análisis al uso sobre esta entrega. Mucho se habló y especuló sobre qué supone Revelations para la franquicia Resident Evil, con una Capcom asegurando que, pese a ser una entrega portátil y no numerada, la importancia de esta iteración era enorme y unos avances previos a su salida que aseguraban que devolvía Resident Evil a la senda del survival horror clásico, alejándose de las aventuras de acción que habían significado RE 4 y 5.
Respondiendo a la primera cuestión: sí, es una entrega importante, pero con bastantes matices. Para los que dudaron (o siguen dudando, que los hay) de la calidad de Revelations, sustentándose en el hecho de que Revelations es una entrega portátil, este título supone una auténtica bofetada en la cara: es un juegazo como la copa de un pino, que no desmerece en absoluto por el hecho de haber aparecido para una consola que no es de sobremesa, con unos valores de producción tremendos (como veremos después) y del que es fácil olvidar que es para una portátil si no fuera por la pequeña pantalla a la que debemos mirar. Los matices vienen en la importancia que tiene para la saga a nivel argumental: en un principio, Revelations cubre un espacio temporal intercalado entre RE 4 y 5, pero no descubro nada si os digo que se trata poco menos que de relleno argumental (delicioso, pero relleno) y que jugarlo o no, a nivel de historia, no afecta demasiado a la comprensión global de la saga.
Así, la trama nos presenta a nuestros viejos conocidos Jill y Chris (lo cual es una alegría para los fans, sin duda), trabajando ya para la BSAA, una organización contra el bioterrorismo que trabaja de manera autónoma (sin el auspicio de ningún país o institución gubernamental). En cuanto a Jill, acompañada por Parker, se dirige al Queen Zenobia, un barco de lujo a la deriva en el océano, donde hay indicios de mutaciones genéticas y demás problemas biológicos. Por su parte, Chris, acompañado de Jessica, se dispone a investigar un accidente aéreo en un aeropuerto en medio de un paraje nevado. Sencilla pero efectiva, la historia nos presentará a un elenco carismático de personajes (además de los ya conocidos) que se cruza constantemente, con algún que otro giro argumental y cliffhangers que consiguen atrapar al jugador y animarlo a seguir, no sólo por la jugabilidad de la que hace gala el título, sino también por las ganas de saber más. No en vano, Dai Sato, guionista de Ghost in the Shell o Cowboy Bebop, se ha encargado de escribir el guión que, aunque no alcanza las cotas de los dos míticos animes, sí consigue ser totalmente peliculero y absorbente.
En cuanto a la segunda cuestión planteada hace ya unos párrafos... sí, pero no. Revelations supone una vuelta sólo parcial al survival horror. Así, en sus primeros compases (en la parte con Jill), el título logra una ambientación muy semejante a la vista en las primeras entregas de la saga, con escenarios claustrofóbicos (cuánto se parece el barco a la mansión del primer RE en algunos sentidos) y mal iluminados, una relativa escasez de munición que hace tirar de huida o de cuchillo de vez en cuando y un avance plagado de puertas que no se abren. Sin embargo, pronto descubrimos que, en las partes de Chris, la cosa se acerca mucho más a RE 5, despreocupándonos de otra cosa que no sea avanzar y abatir mutaciones (no, no son zombis, pero tampoco entiendo qué tiene eso de malo), con munición más que suficiente, al más puro estilo Terminator. Hacia la mitad del juego, quitando algunos pequeños pasajes, todo se ve envuelto por ese segundo factor, dando un equilibrio positivo entre survival y action, pero dejando de lado el horror, para desilusión de los más puristas. No obstante, tiene más esencia clásica Resident Evil que la quinta entrega, de lejos.
Un espectáculo visual
Algo que llamó mucho la atención de la prensa y los jugadores cuando se vieron los primeros vídeos de RE Revelations fue su apartado gráfico, con propios y extraños sorprendiéndose de la capacidad de Nintendo 3DS. Pues bien, con el juego final ya en la calle, sólo cabe decir una cosa: es apabullante a nivel técnico y da una buena muestra de lo que puede hacer la consola con algo de esfuerzo, así que esperemos, sinceramente, que se convierta en un nuevo estándar de presencia gráfica para futuros lanzamientos. Dentro de esta plataforma, es lo más ambicioso a nivel técnico hasta el momento, no cabe duda, con una definición notable, unos modelos muy bien animados y detallados, una iluminación espectacular (a la espera de ser superada por la de Luigi's Mansion) y unas texturas que componen un conjunto sólido y atractivo. Obviamente, no llega a la calidad de PS3 o Xbox 360, pero marca una diferencia muy, muy clara con DS.
Por supuesto, no es oro todo lo que reluce en este sentido. Primero, hay que afirmar que el 3D, pese a sus múltiples opciones de configuración (normal, fuerte y muy fuerte) acompaña adecuadamente, pero no aporta gran cosa a la experiencia, al menos para el gusto de un servidor. De otro lado, y precisamente por la presencia de ese 3D (como se viene señalando), los dientes de sierra hacen acto de presencia algunas veces, afeando un poco el aspecto gráfico. Finalmente, el juego sufre de horribles caídas de framerate cuando montamos en un ascensor o cambiamos de sección, momento que aprovecha para cargar nuevos escenarios o auto-guardar. No hay demasiada queja en este sentido, ya que en esas partes no nos enfrentamos a enemigo alguno y duran unos segundos, pero molesta un poco y recuerda a lo ocurrido con el primer Mass Effect y sus ascensores.
En el apartado sonoro, Revelations nos da una de cal y una de arena. Por un lado, cuenta con unos efectos sonoros que cumplen sobradamente y añaden un componente de ambientación importante (goteos, ruido de pasos sospechosos, etc.), además de un doblaje al español sinceramente ejemplar, con voces reconocidas del mundo de las series (por ejemplo, la dobladora de Penny, de Big Bang Theory, Mar Bordallo, para Jill) que dotan de una personalidad y una expresividad clave al conjunto de personajes. No obstante, sin ser malo, este apartado se ve un poco afectado por la calidad musical, con composiciones que acompañan bien, pero poco más, aunque, eso sí, casan bastante con el tipo de juego y sus propósitos.
Jugando y controlando
Otro punto crítico que ha acompañado al lanzamiento de RE Revelations ha sido la aparición simultánea del mal llamado Botón deslizante Pro (a partir de ahora, segundo stick, porque el nombre es una soberana tontería), ese monstrenco de plástico acoplable que dota a Nintendo 3DS de un segundo stick y dos botones extra (a modo de gatillos secundarios). De hecho, se lanzó un pack que incluía el juego y el artilugio, por unos pocos euros más, y que posiblemente esté agotado por todos lados cuando leáis este análisis. La pregunta es: ¿merece la pena adquirir ese pack si lo encuentro o hacerme por separado con el accesorio? La respuesta, sinceramente, es sí.
Sin él, Revelations nos ofrece tres formas de control. La primera de ellas, es la clásica de los Resident Evil de PSX: apuntamos con L y disparamos con R, mientras movemos el objetivo con el stick que usamos para movernos normalmente. Por tanto, es imposible andar o correr al tiempo que apuntamos, limitando notablemente nuestras posibilidades. Siendo franco, eso estaba bien hace 15 años, pero es incómodo hoy en día (aunque puede que a los más puristas de la saga les guste e incluso les dé una mayor sensación de reto). Las otras dos configuraciones suponen el uso de la cruceta, funcional pero relativamente incómodo a nivel de manos y el apuntado mediante movimiento de la consola, una anécdota curiosa para un juego de estas características, pero poco funcional por el efecto 3D y la exigencia que a veces puede tener el título.
La cuarta opción de control viene marcada, cómo no, por la presencia del segundo stick. Con él, podemos movernos y apuntar al mismo tiempo, haciendo del juego una experiencia bastante cómoda, fluida y precisa. El único inconveniente, claro está, es hacerse con el accesorio y adaptarse a él (lo cual puede costar un par de horas, por su volumen y la posición en la que deja los botones A, B, X e Y), pero una vez conseguido, lo recompensa con creces. Así pues, no es una herramienta imprescindible, porque se puede jugar sin él, pero sí altamente recomendable para gozar de la experiencia en las más óptimas condiciones.
En cuanto a la jugabilidad, qué esperar que no se sepa ya: un juego donde exploramos en un entorno cerrado, liquidamos o huimos de quien nos quiera mal y poco más. La parte de rompecabezas se ha visto totalmente mermada, con apenas un par de mecánicas para la pantalla táctil a la hora de abrir algunas puertas (más metidas para darle algún uso que para otra cosa) y un sólo momento en el que pensar un poco es necesario. De otro lado, la exploración se deja notar en varias partes del desarrollo, siendo preciso encontrar algún objeto o llave (tampoco hay que devanarse los sesos en ello) y recompensando al jugador que mire cada recoveco o vuelva atrás una vez tenga nuevas opciones, en forma de nuevas armas, munición y hierbas curativas que nos pueden venir bien y, especialmente, piezas para mejorar el armamento, de distinta utilidad (más daño, mejor cadencia de tiro, posibilidad de aturdir al enemigo...). Dicho esto, resaltar que es posible dejarnos algún arma sin recoger si no exploramos bien, ya que la historia no nos da todo el armamento ni mejoras existentes. En este sentido, más survival que action.
Sin embargo, mirando mínimamente no nos faltará la munición ni las posibilidades de curarnos, y más si usamos el Génesis (otro punto de fuerte crítica sobre este juego), un aparato que nos permite rastrear el escenario a la búsqueda de munición u objetos curativos ocultos a simple vista. Cabe decir que podemos no utilizarlo en absoluto, exceptuando dos momentos puntuales en los que hay que encontrar algo para avanzar (el juego nos avisa), con lo que la dificultad se endurece. Hablando de dificultad, el juego nos propone distintos niveles, siendo el normal una experiencia relativamente dulce, no exenta de alguna muerte, pero no muy desafiante, y el modo infierno un auténtico ídem donde un mínimo contacto enemigo puede significar morir. En este sentido, el juego nos devuelve al último punto de guardado superado, lo bastante espaciados como para hacernos repetir algún pequeño tramo o enfrentamiento y, en ocasiones, lastrando un pelín la experiencia pensando que es un juego para una portátil. Desde mi punto de vista, recomiendo jugarlo en casa y con algo de tiempo para cada capítulo (ya que así se divide, a modo de serie, con su “anteriormente en RE Revelations”), para no quedarnos a medias si tenemos sólo 15 ó 20 minutillos.
En cuanto a la parte de acción, qué decir: tenemos un armamento variado (típico de la saga, por otra parte, con sus míticas Magnum, lanzacohetes y escopeta, claro), acompañado de armas secundarias tales como granadas de diferentes clases, señuelos y el clásico cuchillo, aportando distintas posibilidades de juego según como nos guste proceder. A modo de los antiguos RE, nos impone una cierta restricción, ya que sólo es posible llevar 3 armas al mismo tiempo (totalmente seleccionables por nosotros según lo que tengamos), con la posibilidad de cambiarlas y mejorarlas en los baúles diseminados por los escenarios. También estamos restringidos en cuanto a munición (ampliable mediante morrales) y número de hierbas a llevar. No se llega a las tasas de las primeras entregas, pero tampoco te deja hacer lo que quieras cuando quieras. A la hora de disparar, podemos jugar tanto con la vista en tercera persona al hombro (tipo RE 4) como con una vista en primera persona que amplía nuestro campo visual. Al acabar cada sección o capítulo, se nos valorará en función de la precisión que hayamos tenido y las veces que hayamos muerto, lo que nos dará puntos.
Esos puntos valen para el gran añadido del juego al margen del modo campaña: el modo asalto. A medida que avanzamos en la historia, vamos desbloqueando personajes, escenarios y posibilidades (además de puntos, para comprar y mejorar armas) para ese modo secundario, una suerte de Mercenarios donde debemos superar un tramo lleno de enemigos para llegar a un punto final. La verdad es que es un buen extra para seguir disfrutando del juego, que casa bastante con partidas rápidas y portátiles, a la par que se puede jugar cooperativo, tanto localmente como mediante internet. Eso, sumado al pelín más de 10 horas que dura el modo historia (explorando más o menos bien, aunque por capacidad de enganchar, bien podría haber durado más y no hubiera queja), lo cual es una duración acorde con los tiempos que corren para este tipo de juegos, compone una experiencia duradera y aprovechable, sin olvidarnos de los “logros” (aquí llamados misiones, ligeramente distintos a los logros/trofeos de las consolas mayores), presentes en el juego para ambos modos (historia y asalto), desde cosas como pasarse el título en un determinado nivel de dificultad o sin morir, hasta realizar algunas acciones o encontrar cosas ocultas en los escenarios.
Concluyendo
El primer juego realmente potente para Nintendo 3DS proveniente de una third party nos ha llegado ya, no hay duda de ello. Resident Evil Revelations deja bien claro que no es una entrega menor, en el sentido de que guarda una calidad muy alta y unos valores de producción excelentes, encabezados por un aspecto visual y un doblaje que deberían servir de referencia de ahora en adelante. Jugablemente supone una pequeña vuelta a las raíces, a la vez que se muestra como un título ágil y delicioso, especialmente con el segundo stick de por medio. Sus pequeños puntos negros, no empañan el resultado final.
Así pues, se sitúa entre la élite del catálogo de la portátil de Nintendo, con una experiencia actualmente sólo comparable a la que nos ofrece el remake de Ocarina of Time, la demostración de que este tipo de juegos son posibles en esta plataforma. Si te gusta la saga, te gusta el género o te gusta lo que has leído, no lo dudes: muy recomendable.