lunes, 11 de enero de 2010

Para el que me echara de menos

¿¡Cómo!? ¿Que pesabais que me había atropellado un vulgar camión? ¡Madre del amor hermoso, no sé cómo podéis pensar eso! ¿De qué otro modo os seguiría dando la lata desde el más allá? ¡Allí no hay internet!

Bueno, el caso es que me he tirado la última semana y media sin hacer absolutmente nada de valor o utilidad alguna, lo que me ha servido para descansar y olvidar el cruel mundo real. Mientras tanto, muchas salidas con amigos, muchos cafés para recuperar el calorcito que nos sigue robanndo este frío de las pelotas y mucho mucho vicio. De hecho, he jugado más en estas dos-tres semanas que en los últimos tres meses, ¡y me lo he pasado bomba, desde luego! Os lo explicaré poco a poco.

En la PSP, mi nueva gran compañera de viaje, me he dedicado a seguir chutándome una dosis insalubre de Dissidia, y es que poco menos de 200 horas de juego hacen que uno se olvide del mini-cd que viene en la cajita de la edición coleccionista (más me vale amortizarlo, jajaja). También he hecho unos pinitos en el Final Fantasy: Crystal Defenders, un pasatiempo ameno pero ligero.

La DS también me ha proporcionado mucha felicidad, sobre todo cuando terminé el Final Fantasy III DS (¡POR FIN!). Sé que os vais a reír de mí, pero para mí ha sido algo muy especial. Os explico: empecé el juego hace muuuuuuuucho tiempo (salió el 17 de abril de 2007 y yo me lo compré poco después, si no ese día) y avancé y avancé hasta que llegué casi al final del juego. Estaba ya en el territorio de la Nube de Oscuridad pero andaba perdido. Sin poder regresar a la superficie ni saber por donde ir (me metí por donde no debía, todos los pasillos me resultaban iguales, me perdí en caminos rectos...), dejé la partida en guardado rápido hasta que varios meses después lo retomé y terminaron matándome. Después de eso, el cartucho acabó perdido junto con el último Advance Wars, ya terminado. Estas Navidades conseguí otra coopia del FFIII y empecé desde el principio y sólo cuando estaba a las puertas del Palacio de Cristalencontré mi cartucho anterior con la partida tal y como la hube dejado años atrás. La alegría de encontrarlo se coronó este sábado con mi victoria sobre Nube de Oscuridad y todos los jefecillos que me sepraban de ella, justo los que vienen tras las puertas del Palacio de Cristal. En fin, que me hizo ilusión porque pensé que ese juego no se podía terminar de ningún modo.

En cuanto a la Wii, el otro día mismo adquirí Tales of Symphonia: Dawn of the new world, la continuación del Tales of Symphonia que vimos en GameCube. Debido a que hace años que no pruebo nada nuevo y a que el primer juego me apasiona, decidí hacerme con la secuela a ver qué se contaban los bichitos, y la verdad es que, muy lejos de ser la mitad de bueno que el primero, se me juntaban todos los recuerdos de mis vivencias en los poblados que antaño hube visitado. Os hablaré un poco más de él en Fin de la partida, porque como hace siglos que no publicamos nada y el jefe anda calentando su látigo para zurrarnos con él, intentaré frenar mi castigo rompiendo el silencio cualquier día de éstos.

Por lo demás, sólo podría deciros que querría introducir artículos en inglés este nuevo año para internacionalizar el bitácora y abrirme un poco a otras gentes que puedan estar interesadas en mis artículos. Nunca sabe uno qué se va a encontrar o qué va a pasar pero lo que está claro es que si no se arriesga, nunca se cruza la mar, así que a ver qué pesco yo. Pronto nos volveremos a ver. See ya!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, ¿pero que no le habían atropellado a usted? xDDD

Nada, una alegría verte por aquí de nuevo ^^. Antes que nada, decir que espero con ganas esos artículos en inglés, a ver que tal le sientan al blog. Espero que un humilde servidor con su conocimiento medio del idioma pueda disfrutarlos ;). Haces bien en internacionalizar la bitácora, te lo digo yo.

En cuanto a tu vicio, es normal que en estas fechas uno le de más caña que en otras épocas del año. Por mi parte, FIFA 10, Muramasa y yo hemos sido compañeros inseparables de turrones y frío xD.

Con el FF III (y con el IV) en DS me ha pasado algo muy curioso: en ambos llegué muy cerca del final, pero luego me faltaron las ganas de acabármelos. No se extrañe usted, me pasa con prácticamente cualquier RPG que caiga en mis manos. Sobre Dissidia, no llamaba mucho mi atención, pero todo el mundo habla de ese componente nostálgico y del vicio tanto que al final lo mismo tendrá que caer en mis manos xD.

Un saludo y nos vamos viendo por estas tierras cibernéticas.

Closto dijo...

Jesus Christ, Muramasa! ¡Tienes que decirme qué te pareció ese juego! Estuve dudando mucho si comprármelo o no, porque oía que era bueno pero no me terminaba de decidir por un "mata-mata" (es lo que parece).

Por lo demás, reconozco que a mí los finales de los FF me cuestan, pero en este caso fue una mezcla de desesperación, pena y pérdida de cartucho, una bonita combinación. Pero como tú, cuando llegué al final del FFIV sólo deseaba terminarlo a toda costa y a toda prisa. Lo mismo me pasó con el FFI. Bueno, cosas que pasan, aunque no restan valor al juego.

Para terminar, fíjate tú por dónde, el primer artículo en inglés será el del premio. xD La verdad es que es por quitarme la pereza de empezar en inglés y porque ya llego tarde al premio.

Anónimo dijo...

No creo que tengas que esperar mucho más para ver unas impresiones del Muramasa en El blog del jugópata: a ver si este fin de semana me pongo a ello. Sin embargo, adelantarte que es un auténtico juegazo, de lo mejor (por no decir, lo mejor) de la Wii este año (si obviamos New Super Mario Bros. Wii). Una mezcla casi perfecta entre RPG y beat'em up de los de toda la vida, muy recomendado por mi parte. Ah, y ese apartado artístico alucinante. Lo dicho, pronto habrá impresiones.

Un saludo.