lunes, 29 de enero de 2018

Final Fantasy IV

¡Llega el primer gran fan favorite de la saga Final Fantasy! La cuarta entrega supuso un enorme esfuerzo de sus creadores para hacer el "Final Fantasy definitivo" y se volcó mucho trabajo en crear la historia, ambientación y música para una nueva experiencia, mucho más motivada por la trama, aunque al final no todo lo que se pensó pudo caber. Aún así, la SNES, para la que se programó, fue una puerta a nuevas oportunidades y a mundos mucho más detallados. Este título supuso un hito que marcó la saga a fuego, ¿pero es su banda sonora el fénix que renace o meramente sus cenizas esparcidas en el viento?

Nota: Todos los títulos de las canciones están sacados del disco Final Fantasy IV: Original Sound Version. Algunos temas, por falta de relevancia u otras razones, podrían quedarse fuera y sin mencionar. Puede que haya spoilers de juegos de la saga. 

Si ya con Final Fantasy III era prácticamente imposible hablar de todas las canciones del juego, a partir de Final Fantasy IV esto va a ser la tónica. Es verdad que aquél tenía la misma cantidad de canciones y más cinta que el juego en cuestión, pero éste tiene una mejor calidad y además los juegos venideros ya no bajan de 60 canciones (Final Fantasy V tiene 67 temas y Final Fantasy VI tiene 61, pero prácticamente una hora más de cinta), así que a partir de la apertura a los 16 bits va a marcar también un punto de no retorno para los discos que analice "dentro de concurso" (recuerdo que ni la versión de DS de Final Fantasy III ni otras remasterizaciones, secuelas ni spin-offs se toman en cuenta a la hora de efectuar mi lista de las bandas sonoras de la saga): nunca más volveré a analizar TODAS las pistas de un juego dado. Deberéis dar por sentado que muchos temas están ahí para llenar hueco, no son reseñables o simplemente no aportan nada interesante al artículo, lo que no quiere decir que sean malos o despreciables. Queda la puerta abierta a revisiones o notas añadidas si alguno tiene interés en algún tema en particular (también atiendo en Twitter so nombre de @SuperClosto).

The Prelude

La primera prueba de la mejora de la calidad del sonido es el icónico The Prelude, que empieza con la melodía de siempre pero añade sus propias notas hacia la mitad. Puede ser un pequeño paso para el juego, pero supone un salto enorme para la cultura interna (lore) de la saga y de la canción, que más adelante alcanzaría colores espectaculares, como podría la ser la notoria Prelude de Final Fantasy X. De hecho, estas composiciones están muy fuertemente atadas a la identidad de la saga y en cada creación posterior se va a ir dejando un trocito de la esencia de cada juego. De ahí la importancia que cada nuevo añadido, por muy pequeño que sea, tenga un peso considerable.

Muy destacable es también Prologue, más incluso que The Prelude quizás, debido al mimo con el que moderniza unos de los grandes temas de la saga. Tiene un inicio muy inquietante, como si anticipara algo muy grande, y se toma su tiempo en presentarlo. Cuando empieza la conocida melodía, hay un derroche de majestad amable que se pasea frente a nosotros añadiendo instrumentos y sonidos poco a poco. Es sin duda una de las mejores canciones de todo el disco.

Theme of Love

Final Fantasy IV destaca por sus temas especiales. Especiales o específicos, ya que hablo de los temas asignados a personajes concretos. Vienen a ser como temas de ciudad, pero en situaciones importantes para alguien en concreto o en momentos en que ése tenga el protagonismo absoluto de la acción. En los juegos anteriores, casi no había canciones de este tipo. Aunque cabría hablar de proto temas específicos (The Rebel Army o The Emperor's Rebirth -Final Fantasy II-), me inclino a considerar Final Fantasy III como el pionero en un tema específico real, con Elia, the Maiden of Water. Esta entrega, en cambio, da a casi todos los personajes relevantes una melodía propia, algo que se mantendrá a lo largo de la serie y que añadirá profundidad y matices a los personajes. El más conocido de todos los que nos competen hoy es sin duda el tema de Rosa, Theme of Love. Es uno de los temas más queridos y más recordados, pero yo no sé por qué. Tiene un sonido dulce, es sensible...  pero me sabe a poco; o a más bien nada. Creo que salvo la parte final donde da un último coletazo justo antes de terminar es su único punto interesante (entiéndase como punto narrativo). Quizás esté confundido por el título. Se llama "tema de amor", sí, pero no sé si en verdad es sobre amor o si es sobre Rosa (lo que probablemente le daría mucho más sentido). Aunque tampoco es Rosa un personaje crucial. El juego es basicamente, además del cambio a paladín del protagonista, un triángulo amoroso entre Cecil, Golbez y Kain, del que Rosa y los demás quedan excluidos. Su amor no permea la historia como el de Squall y Rinoa ni palpita como el de Tidus y Yuna: sabemos que es amor porque el juego nos lo dice y ya. Quizás resuene el problema de Elia que mencionaba en el artículo anterior, quizás se quisieron meter demasiadas historias en un pequeño gran juego de Super Nintendo. Sea como fuere, es un tema que me deja muy frío.

Rydia tampoco me cautiva. Parece apelar a la indefensa y vulnerable Rydia niña que nos encontramos al principio del juego, aunque constantemente se ve que es un personaje de gran fuerza interior que crece sobre su desgracia. Hey, Cid! y Palom and Porom recogen el tono bonachón y simple del primero y el aire travieso de los hermanos, pero tampoco veo nada especial en ninguno. Son melodías cortas y repetitivas con muy poco que aportar. Al contrario que Theme of Love, que al menos parece más cuidada, éstas son para mí muy olvidables. Ni siquiera Cecil se escapa a esta trampa. Su tema, The Red Wings, es un tema que comparte con los escuadrones de élite de Baron y que creo que a ellos les sienta mucho mejor por su sonido marcial, plomizo, cuadrado, amenazador. Cecil es totalmente opuesto: tiene inquietudes y dudas, intenta equilibrar su vida y entorno, prefiere evitar disputas innecesarias, etcétera. Llega hasta el punto de cambiar radicalmente su vida y su profesión.

Esto no es casualidad. Final Fantasy IV tiene un serio problema de mesura. Por un lado quiere ser el juego definitivo con la historia definitiva y los personajes definitivos, pero acaba siendo bastante mediocre en todo ello. Durante un tiempo me convencí de que era el mejor, con todo lo que me quería vender, pero en cuanto dejé de intentar autoconvencerme y empecé a querer y dejarme querer por el juego, vi que no daba la talla. Seré franco: sólo hay dos partes buenas en lo narrativo. Primero está el cambio de Cecil y segundo está el cambio de Rydia. Lo demás es ridículo. Alguien de la Luna controla a otro alguien que controla a otro alguien. Más capas de la misma pintura no dan más color. No ayuda que Kain, que se presenta como un hombre fuerte, de honor, valiente, acabe siendo capturado mentalmente dos veces. Los sacrificios de los personajes, que se van matando para que Cecil pueda seguir con la aventura, se quedan en nada porque ninguno muere en realidad. Casi lloro cuando Palom y Porom se convierten en piedra con una sonrisa, y casi lloro de rabia cuando veo que esa escena era una farsa porque de algún modo sobrevivían. Es una lástima que con el tiempo, el juego haya ido hundiéndose más y más, porque la idea base no era mala. Su banda sonora es un testigo más de esa mediocridad. Cuando no es excesiva por lo militar de The Red Wings, es excesiva en la payasada de Hey, Cid! o Palom and Porom, y cuando no es ninguna, está falta de encanto como Theme of Love.

Golbez, Clad in Darkness

Quizás Golbez, Clad in Darkness sea la mejor canción del disco. En este aspecto, y a pesar de su brevedad, nos presenta a un hombre que impone temor, pero que actúa con decisión y con ideas claras. La música añade además matices inquietantes como última detalle. A falta de jugar a The After Years y después de ver cómo redondean el personaje en Dissidia, esto es exactamente lo que es Golbez. No será la composición más sobresaliente musicalmente hablando, pero es la más honesta y la que mejor recoge la esencia de lo que pretende representar.

Battle 1

Los temas de batalla no están mal. Battle 1 sigue en la línea de sus predecesoras añadiendo sus propios toques. Battle 2 es sin duda la mejor de ellas. Me transmite el deseo de jugar y enfrentarme al reto de un jefe de forma animada. Creo que es la que capta la idea de una buena pelea. Battle With the Four Fiends se pasa de ese límite. En mi opinión se pasa de animada. Hay cuatro jefes especialmente intensos, que se presentan bajo mando directo de Golbez, que a su vez se presume como el malo final durante toda la trama. Tanto la historia como los personajes los muestran como una amenaza seria, pero la música es bastante más amable que la de Battle 2. Si acaso, sólo me anima a acelerar y terminar la batalla cuanto antes, mientras que los jefes duros me incitan a tomármelo con calma para sobrevivir a un asalto complicado. The Final Battle es un poco mejor que la anterior y creo que sintoniza bien con mis sentimientos de alegría de ver por fin que nadie más está controlando al jefe finalísimo cuando te enfrentas a él. Por contra, carece de la epicidad que se le quería dar a la historia y a su conclusión. Cualquiera de los juegos anteriores (quizás no Final Fantasy, que no tenía tema específico de jefe final) tenía una mejor ambientación para el último encuentro. No me parece necesariamente un mal tema, pero está claro que dista mucho de lo que se supone que debería ser. Dancing Calbrena es una pequeña curiosidad y un bonito toque con esa visión inquietante de la muñeca gigante. El sonido acompaña y personalmente me llega a recordar a Chaotic Playground de Castlevania: Portrait of Ruin. Llamadme rarito, pero el sonido circense me evoca esos retorcidos pensamientos.

Mt. Ordeals

Tampoco los temas de campo me parecen buenos. Sin ir más lejos, Mt. Ordeals, que es donde Cecil tiene su gran prueba, parece más una escapada de monte con los niños, en lugar de la tediosa subida que representa el limbo y el sufrimiento de enfrentarse a uno mismo y de buscar la redención.

Otras canciones como Mystic Mysidia o Fabul recogen influencias de su temática pero no aportan ni transforman su significado. Mystic Mysidia parece exótica y misteriosa pero acaba resultando infantil y bobalicona (y debería ser el inicio de la transformación física de Cecil). Fabul suena oriental y ostentosa, pero se relaja a media pista y se estanca en ese sentimiento (lo que no es ni oriental ni propio de los monjes que la representan). Damcyan Castle ni suena a castillo ni a bombardeo ni a tragedia (que es todo lo que es). Por más que busco ejemplos de buena ambientación, no veo ninguno. Tower of Babil no tiene la tensión que crece durante el juego, Tower of Zot se me antoja aburridísima y pesadísima, Another Moon me parece otra payasada absoluta con esos sonidos de fiesta de niños rompiendo la base serena (que creo que ambienta bien)... The Land of Summons me deja con mejor cuerpo en comparación, pero se me acaba haciendo terriblemente gris. El sentimiento concreto es "la insoportable pesadez del ser", un aburrimiento, una apatía general. En su defensa diré que no me aburre el escucharlo en sí sino que es lo que me transmite como canción. Supongo que algo cuenta.

Troian Beauty, aunque sin demasiadas pretensiones, me parece una pequeña excepción a la regla. Lo que más me molesta de esta canción es que todo lo que es femenino lo reduce a belleza y dulzura. Theme of Love, el tema de Rosa, evoca básicamente colores crema. Troian Beauty evoca dulzura. Edward's Harp es también muy suave y dulce, como él (casi femenino), aunque él lo toque en recuerdo a Anna (más conexión femenina). Rydia es otro tema que habla de indefensión e inocencia (a pesar de que curiosamente Rydia es la más guerrera y la que tiene más iniciativa de salir de sus problemas -quizás se podría decir que es la más masculina de todas-). Me parece un error y un desperdicio que todo esto se junte en un solo juego porque marca mucho las temáticas y la sensación que deja en el jugador.

Por contra, canciones como Sorrow and Loss, que quizás no sea tan compleja e inspirada, sí me parece que capta bien unos sentimientos muy fuertes que marcan profundamente a uno de los personajes del juego; sin embargo, es uno de los temas olvidados del juego. Se complementa bien con Edward's Harp (la que yo creo inferior) y siguen juntos una línea común aunque con diferencias.


Main Theme of FINAL FANTASY IV

Antes de terminar este artículo, me quedan por comentar un par de músicas más, como el tema principal, Main Theme of FINAL FANTASY IV. Realmente, es una pieza que me tiene confundido. Por un lado se me hace un poco cansina, pero por otro me parece que tiene algo sustancioso que decir, aunque no sé el qué. No me evoca una historia épica, ni una gran odisea, ni un viaje de exploración y y conexión con el mundo y sus cosas. No me evoca el gran cambio de Cecil ni la amenaza lunar de Zeromus. Pero sí me evoca inquietud, drama, lucha y esperanza por el futuro... Es una sensación extraña y no sé muy bien cómo encaja en toda la historia pero de algún modo encaja al menos como música de campo. Epilogue es, como pasó con Final Fantasy III, una amalgama de sonidos y canciones que hay que entender y escuchar en el contexto de la historia y según se ven los vídeos finales del juego. Como tal, me es muy difícil hacer un juicio de valor y aunque la anterior vez la diseccioné, no quiero coger la costumbre de hacerlo con todos los juegos a no ser que haya mucho que rascar. Sí diré que me gusta más la primera parte y que el último tercio se me hace insoportable, si sirve de algo. 


Samba de Chocobo

Aunque ya contiene su propia melodía para chocobos (Chocobo Chocobo), Final Fantasy IV introdujo los celebérrimos remixes del tema de la plumífera mascota de la serie. Estas curiosas revisiones las iré comentando en cada artículo por su valor de cultura interna y por que veáis los cambios que se han ido dando, tanto si habéis tenido el gusto de descubrirlas mientras jugabais como si habéis dejado un poco a los preciosos chocobos de lado. No esperéis grandes sorpresas en cuanto a arreglos ya que son básicamente la misma corta melodía en bucle; simplemente daos al placer de escucharlas por gusto. En este caso, y estrenando este pequeño apartado, tenemos Samba de Chocobo, una animada pieza musical que pega un fuerte contraste con el tono serio del juego. ¡Seguro que nadie puede volar en chocobo y olvidar este pegadizo ritmo!

VALORACIÓN FINAL

Final Fantasy IV no es en absoluto un mal juego; es más, introdujo enormes novedades en la saga: el sistema de batalla en tiempo continuo (active time battle system), historia compleja, numerosos personajes relevantes a la trama, mucha más profundidad en sus personalidades y vidas... No obstante, se estrella catastróficamente a la hora de equilibrar y presentarlo todo a los jugadores. Y la banda sonora no es una excepción. Había muchas ideas buenas, mucho talento y mucha ambición por parte de sus creadores pero la ejecución no llega a las cotas que otros juegos han conseguido. Hasta la fecha, la considero la peor de las bandas sonoras aquí analizadas.

En fin, tal vez haga falta un gran buque que rompa los densos hielos del progreso y tal vez sea por eso que el juego sigue siendo recordado con cariño y esté entre los favoritos; así que si al echar la vista atrás vemos un juego que cojea, recordemos que no siempre podemos crear obras maestras y que también es necesario tener audaces soldados que salgan al campo como caballeros oscuros para que otros puedan lucir una brillante armadura de luz.

martes, 9 de enero de 2018

Final Fantasy III DS

Final Fantasy III fue el segundo de la serie en no ver tierras occidentales hasta hace muy poco, en 2006, en la portátil Nintendo DS. Siendo un juego tan desconocido en nuestro mercado, no ha tenido tiempo de ganarse los corazones de los jugadores como otros títulos. En el artículo anterior tuvimos la ocasión de valorar el original de NES, y ahora veremos si su banda sonora en DS está a la altura o si no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos.

Nota: Todos los títulos de las canciones están sacados de la traducción de Final Fantasy Wiki del disco Final Fantasy III: Original Soundtrack. Algunos temas, por falta de relevancia u otras razones, podrían quedarse fuera y sin mencionar. Puede que haya spoilers de juegos de la saga. 


The Prelude

Fiel a la costumbre de mantener la melodía de apertura, Final Fantasy III se abre de forma muy tradicional, aunque con una curiosa peculiaridad: en un juego fuertemente marcado por instrumentos de viento, The Prelude suena con cuerda, algo que si bien es habitual, es a la vez un fuerte contraste en la lógica interna del título. Por lo demás, no se sale de la melodía típica ni añade nada nuevo, aunque obviamente suena infinitamente mejor que en NES. Dicho lo cual, pasemos a revisar la historia.

Cuatro jóvenes son elegidos héroes por el cristal del viento para devolver el equilibrio al mundo. A lo largo de esta misión, los Guerreros de la Luz conocen aliados, rincones, historias y hasta llegan a toparse con los Guerreros de la Oscuridad, fuerzas opuestas a ellos que ayudan a mantener el equilibrio. Con mucha tierra y mar por explorar, este juego resulta mucho más enfocado a la idea del viaje que ninguno de los anteriores. El hecho de que los héroes sean especialmente jóvenes y de que vivan situaciones variadas refuerza la noción de que no es un periplo a la antigua usanza sino que sea más un intento de conexión con el mundo que los rodea; dicho de otro modo, para tener éxito tienen que entender e interactuar con su entorno. Cavernas ocultas con premios y tesoros potencian aún más esa idea, que invita al jugador a comprometerse más con búsquedas alternativas. De este modo, Final Fantasy III se asemeja un poco más a un cuento o fábula que a una gran épica romántica.

Ni The Altar Cave ni Room of the Crystal, dos de las primeras melodías que se oyen en el juego se esfuerzan en disimular esa particular visión. En DS son melodías ambientales que se regodean en su papel de melodía ambiental. Me refiero a que muchas veces las escucharemos sin recordarlas, a veces debido a la naturaleza del sonido ambiental, pero que intentan ofrecer lo mejor de sí mismas (y a algunos nos hacen parar solamente a escuchar), especialmente la primera. Son ambos temas para marcar el tono más que crearte una gran impresión, aunque en absoluto suenan mal. También Opening Theme suena más amable que su hermano mayor, pero no aporta nada nuevo.

Estos temas que abren el juego nos están recibiendo de forma bastante cómoda (no hay grandes riesgos en la composición por ahora) pero cálida, algo que personalmente me parece estupendo, tanto por que una historia no tiene necesidad de ser enorme y pomposa, como por que ser recibido de forma afable en un terreno nuevo y hostil es de agradecer.


The Village of Ur

A pesar de que pueda parecer un juego menor, sobre todo si alguien está acostumbrado a las grandes épicas modernas (como podrían ser Xenoblade Chronicles, Tales of SymphoniaThe Legend of Zelda: Breath of the Wild o el propio Final Fantasy XIII), Final Fantasy III se toma a sí mismo bastante en serio, y creo que una prueba de ello está en la elaboración de una banda sonora más amplia que se adapta a la historia. Un ejemplo está en las músicas de pueblo, de que hay hasta siete. Las diferencias entre ellas son enormes: las hay más tranquilas, como en el manso pueblo de los canales (Amur - Amur); las hay más juguetonas, como en el pueblo de los enanos (Tozas - Tozus), y las hay más pesadas, como Salonia (Saronia). Aunque las que más suenan son la del primer pueblo, Ur (The Village of Ur), y el conocido tema relacionado con los castillos (Return of the Warriors). Cada una cuenta una historia diferente, y aunque no todos sean grandes temas, ponen un toque de color a la aventura sin desentonar dentro de un marco común, que es precisamente lo que distingue a Final Fantasy III de las historias tan serias de otros juegos. Final Fantasy IX beberá mucho de esto y se llevará todos los méritos de juego más tranquilo, de disfrutar del viaje, de juego de cuento, pero realmente no inventó nada a esos niveles.

Por otro lado, las músicas de mazmorra ya tenían la costumbre de representar un punto concreto del mapa (o estaban de camino hacia ello) en anteriores juegos, y obviamente siguieron con esta tendencia en la tercera entrega. Este grupo incluye los siguientes temas: Dungeons, To the Mountain Top, The Nepto Shrine, The Tower of Owen, Castle Hein, The Forbidden Land, Eureka, The Crystal Tower The Dark Crystals. Tras reescucharlos todos un par de veces he caído en la cuenta de una cosa: no sólo son bastante diferentes entre sí (lo que añade aún más vida al juego y al mundo), sino que además tienen bastante personalidad. Pensaba darles un notable bajo por dar esas pinceladas de color al mundo, pero he de reconocer que si bien algunos pueden sonar un poco simples o insulsos (Castle Hein por ejemplo, o The Nepto Shrine, que ha perdido personalidad), y sin ser realmente espectaculares, son en general muy buenos. To the Mountain Top nos marca pasos ligeros y constantes por el monte, Dungeons ha pegado un salto cualitativo serio con muy poquito maquillaje, The Tower of Owen tiende a lo siniestro, y The Forbidden Land, Eureka es amenazador y serio pero con ritmo. Creo que representan bastante bien el lugar al que están dedicados y aunque se recuerde más The Crystal Tower (bien por ser la mazmorra final, bien por haber salido en las sagas Dissidia y Theatrhythm entre otros), esos temas cumplen perfectamente la función que la música de videojuegos debe tener: acompañar y potenciar el juego y las emociones que nos provoca. Notable alto.


Battle 1

Músicas de batalla, desgraciadamente, no añadieron mucho más, conque nos quedamos sólo con tres. Y digo "desgraciadamente" porque suenan bastante bien. Battle 1 suena animada, desenvuelta... Muy correcta y muy "como tiene que sonar" dentro del estilo propio de Final Fantasy III (nótense sonidos de viento). Battle 2, que también salió en las sagas Dissidia y Theatrhythm, es la más conocida de las dos, y pronto se ve por qué. Es la versión más arriesgada de entre ellas, además de ser más agitada y de tener más vida y matices. No en vano es la música de las batallas con jefes. Battle 1 recibió un cover en uno de los míticos discos de The Black Mages, The Black Mages II: The Skies Above (The Rocking Grounds), pero Battle 2 ha salido en más juegos y se ha expuesto más al público general, con lo que a todo lo anterior hay que añadirle además la fama.



Last Battle

Con un nombre que puede parecer tan tonto pero que también puede parecer tan heroico, mi absoluta preferida de las músicas de batalla de la trilogía de NES es Last Battle (Parte 1 - Parte 2 - Parte 3), en NES conocida como This Is the Last Battle, el primer auténtico tema de jefe final, dedicado a Cloud of Darkness. A veces también se le llama Battle to the Death y puede aparecer dividida en tres piezas o compilada en un único tema. Personalmente, me gusta considerarlo como una pieza única para que el crescendo (partes 1 y 2) previo le dé ese extra de sabor e intriga. No sólo me parece inquietante y desafiante sino que además va cambiando por fases y le da un dinamismo muy interesante, y todo dentro del tono "menos serio" del juego. La pega es que se repite mucho y es algo que quizás le puede quitar algunos puntos. No obstante, me parece una composición estupenda y sobre todo si es la primera que se da en exclusiva a un jefe final o gran antagonista, que además en DS tiene más vida y más matices.

Este tema es sin duda uno de los grandes clásicos de Final Fantasy III y prueba de ello es la gran cantidad de versiones que se le han hecho. Quitándonos de en medio la versión de Dissidia primero, están la curiosa visión de Chocobo Racing (el circuito correspondiente -Fantasia- también merece la pena una ojeada) y la exquisita remezcla de los The Black Mages llamada KURAYAMINOKUMO (incluida en la banda sonora original de la versión de DS bajo el nombre de This Is the Last Battle - The Black Mages Version), una auténtica preciosidad de versión, mucho más agresiva y llena de matices, color y vida, valga la redundancia. No puedo asegurarlo porque fue hace mucho, pero creo que fue después de escuchar esta versión cuando me terminé de enganchar a la canción y a considerarla por encima de Battle Theme 2 de Final Fantasy II dentro de la trilogía inicial. Si bien KURAYAMINOKUMO, del disco The Black Mages III: Darkness and Starlight, me parece una auténtica maravilla, los tres discos de The Black Mages son piezas imprescindibles en la colección de todo amante de la música de Final Fantasy ya que revisitan y revitalizan canciones tan clásicas como ésta y además gozan todas las composiciones del visto bueno de Nobuo Uematsu, integrante del grupo ya disuelto hace más de siete años.


Eternal Wind

Enlazando con la anterior canción, voy a a provechar para presentar los grandes clásicos del juego, dentro de los que está sin duda la melancólica pero placentera Eternal Wind, el tema del mapa del mundo. Mucha gente preferirá la bellísima y tristísima Terra (o Terra's Theme) de Final Fantasy VI, pero no se puede desmerecer o menospreciar aquella composición; es más, no es justo comparar las dos siquiera. Eternal Wind es un tema bastante más tranquilo y nos invita a disfrutar del viaje y a ponderar sobre la generalidad de las cosas, del origen, del destino... aunque siempre dentro de la idea de viaje y siempre relacionada con el movimiento, como el del aire al que se homenajea en el título. Terra es, por otro lado, un acto macabro: te expone a una melodía poco tranquilizante, desoladora y cada vez que sube el tono, lo acaba por bajar. Incluso cuando deja de sonar la flauta y parece más esperanzadora, ésta siempre acaba por volver y retomar el ritmo inicial. Personalmente lo interpreto como un signo de inexorabilidad de la desgracia, algo parcialmente real en el juego, y por lo que yo lo tacho de macabro: porque nos obliga a mirar cómo la desdicha inunda el mundo. Y en ese sentido, ambas son igual de buenas en lo que hacen. En Final Fantasy III muere gente, pero su sacrificio no se pretende como una gran tragedia (como sí lo era en Final Fantasy II y como lo sería en Final Fantasy VI), mas sí invita a explorar y ver el mundo y pensar (como muchos pensamos mientras un tren o un coche nos lleva por un paisaje) en aspectos más profundos de nuestras vidas. Del mismo modo, Final Fantasy VI no es un viaje para descubrirnos a nosotros y nuestra relación con el mundo sino la tremenda tragedia antes mencionada donde todo queda arrasado, donde vemos a gente intentar suicidarse, donde una acción tuya puede llevar a la muerte directa de una persona y donde a algunos de los protagonistas se les acaban las fuerzas para luchar y se apartan. En cualquier caso, Eternal Wind se beneficia enormemente de la mejora tecnológica. En DS casi pareces capaz de oír al viento hablarte y hasta podrías dejarte llevar como cuando miras el mar o un paisaje extenso. Podéis hacer la prueba con esta versión extendida.

The Boundless Ocean es otra de las canciones que salen mucho al hablar de la música de Final Fantasy III, y tal y como su nombre indica, habla del mar, pero de una forma un tanto hipnótica. El romanticismo que envuelve el mar y la vida en él viene de lejos. El sonido del agua, desde olas hasta riachuelos, engancha. Incluso hay gente que echa de menos alejarse y vivir lejos de él. Quizás por eso (o quizás por la mezcla de flauta y harpa) esta melodía resuene tanto en mí, porque me hace ver un paisaje marino, aunque cabe reconocer que dista de la magia de Eternal Wind y puede no ser tan fiel a la situación de quedarse absorto mirando al mar teniendo en cuenta que desde un barco (como pasa en el juego) no se ve del mismo modo que desde tierra firme. Y sin salir del tema acuático, no puedo no mencionar un tema aún más conocido, Priestess Aria, que acompaña el encuentro y la partida de Elia/Aria, la chica que abre el camino al cristal del agua. Es un tema suave, que se adapta bien a los momentos en los que suena, pero que creo que está mal pensado. Me explico. Elia es un personaje clave para la historia porque te ayuda a activar el cristal, pero el tiempo que pasas con ella es mínimo. Literalmente no hay ningún sitio al que ir hasta que ella te presta su ayuda, momentos antes de su repentina muerte. Le han dado ciertos honores (como ser la única ayudante en salir en el vídeo introductorio de la versión de DS, o la de ser el primer personaje de la saga en tener un tema propio, entre otros), pero se quedan diluidos en la rapidez con la que viene y se va. Me da la sensación de que ella podría haber tenido un peso mayor pero se quedó atrás, y es un poco lo que siento con su canción: creo que se queda en una mínima parte de lo que podría haber sido si se hubiera potenciado la carga emocional. No obstante, Priestess Aria es una de las canciones que más ganan en la remasterización, con la que gana mucha delicadeza, fragilidad y emoción, lo que a su vez va en paralelo a su paso por el juego.

Por su parte, Doga and Unei nos trae de vuelta el sonido cuidado e infundido de significado. Comienza con esos ecos misteriosos y en seguida pasa a una melodía inquieta que me recuerda a una hoja movida por el viento. No obstante, tal y como pasa con Terra, vuelve a los ecos, y algo me dice que hay cosas que no sabemos, que estamos frente a alguien que oculta más de lo que deja ver. Alguien sabio e inesperado espera al jugador en la cueva de Doga, dos álguienes aliados de hecho: Doga y Unei, a quien el jugador inicialmente reniega combatir. Entre lucha y lucha, los ecos resuenan como puntos suspensivos justo después de que algo horrible haya pasado.


Everlasting World

Dividida a veces en tres partes, Everlasting World (Parte 1 - Parte 2 - Parte 3) empieza suave para pasar a un tono frenético y acabar con una mezcla de viento y percusión no sin antes darle un repaso a Prelude. Cada parte funciona mejor suelta que conjuntas, sobre todo porque cada pieza no encaja con las demás y se unen con breves momentos de silencio. Esto responde al vídeo final del juego, que sí tiene tres partes diferenciadas, a saber: un corto epílogo escrito, un vídeo que cierra las historias de los personajes y los créditos finales. En conjunto, cuentan su propia historia, una historia de alivio, de regocijo y de esperanza para el futuro, en consonancia con el mencionado epílogo, que anuncia en un futuro lejano un nuevo desequilibrio entre luz y oscuridad. De entre todas las partes, creo que las que mejor suenan son la primera, la más suave, acaso por seguir la tendencia del juego, y la cortísima revisión de Prelude, que sin cambiar nada lo cambia todo.

No quería acabar sin mencionar Chocobos! y Fat Chocobo!, la última adición en el juego dedicada a los chocobos gordos, que tampoco innova pero sí ofrece una perspectiva un poco más salvaje que Final Fantasy II, algo que sinceramente agradezco mucho por la vitalidad y naturalidad que da a la mascota. Lo considero un pasito limitado pero bueno.

VALORACIÓN FINAL

En conclusión, la banda sonora de Final Fantasy III va muy acorde al juego y su ambientación. Quizás los diálogos no eran los mejores, ni la historia la más conocida, ni los encuentros los más memorables, pero quien quiere ver más allá podrá descubrir un mundo de sonidos preciosos que captan la esencia naturalista del juego. E incluso en el caso de querer quedarse con la historia y los personajes, hay un intento de dar profundidad y significado a todo, y giros como la batalla y muerte de Doga y Unei (entendido en su contexto histórico) dotan de personalidad un mundo diferente que brilla con luz propia. La propia Cloud of Darkness, la Nube de Oscuridad, es un ente filosóficamente fascinante, de nuevo, para quien quiera mirar y pensar en, por ejemplo, qué es, qué representa, qué papel cumple realmente...

Al escuchar de nuevo la banda sonora me parece imposible no alabarla, si no como banda sonora original, al menos como banda sonora adaptada. Es muy bonita de escuchar y dejarse llevar, a pesar de que no tenga tantos picos de genialidad como tienen otros juegos. Realmente es una delicia musical que no se debe perder.